Amores son y serán.

Qué triste es la conciencia de lo pasado, cuando reaparece en un presente totalmente lejano...qué triste pensar que aquel es un pasado que no logra despertar ningún otro sentimiento que la alegría de ser recordado con cariño...¿cómo podemos cambiar tanto? ¿Cómo podemos ser tan animales de costumbre? Triste es pensar que el dolor o la felicidad de hoy son simplemente el recuerdo de un sentimiento del mañana...
¿Cómo no logramos volver a sentir aquello que ayer nos hacía dejar el corazón y el alma? Quizá no haya sido tan fuerte como pensábamos o tan chiquito como quisiéramos, porque de un modo u otro no seria un sentimineto digno de un corazón que se deshace en cada amor.
Que la vida nos dé la fuerza para que cada sentimiento perdure y sea tan fuerte desde el comienzo hasta el no esperado final, y que no sea como Salinas, quien dice que el amor se concreta cunado los amantes están lejos, porque, si fuera así, mi amor de mi vida, quien me cala hasta los huesos, Hernu, no podría estar a cada segundo en mi corazón, en mi alma y en mi vida.

Estúpida melancolía

Melancolía del ser que pugna por ser más de lo que es y tropieza con la oscura realidad de su propia estupidez; se quita el velo de la fantasía y se enfrenta a la realdad que siempre ha sido esa,pero que no ha querido ver. Tristeza de saberse idiota y no poder remediarlo; triste conciencia de lo inevitable e incorregible...¿Será posible el cambio? ¿Habrá revancha para los estúpidos? Por mí y por algunos más, espero que la haya...

Nuestros acrósticos.

Hechizada,
enteramente
racionalmente,
naturalmente,
amada
nado.

Mi
oscuridad
no
está
tampoco.

Invertida,
nado
en
sueños.

Maravillada
estoy;
recurrentemente
conmovida,
encuentro
decenas
enteras,
sensaciones.

Casualmente
ansiosa,
busco
rápidamente,
inspiradamente
zumos
amorosos.

Delfos

¿Existirá la real intimidad, el real espacio íntimo, propio, único? ¿O estamos destinados a vivir bajo la tutela de algún otro?
En el anhelo de la búsqueda de lo propio, nos expropiamos del mundo que nos contiene, pero con un solo objetivo: recuperarnos a nosotros mismos...parece que la cueva que Empédocles propone es necesaria de vez en cuando...no sé si como instancia iniciática...solo como posibilidad de darle concreción al Oráculo de Delfos: sabidura de mi propio ser, ven a mí!
CONTINUARÁ...

El guerrero del amor

Dicen que en la guerra y el amor, todo vale...yo pienso lo mismo...pero no sé si duele más la derrota militar o la amorosa; cualquiera de las dos es un golpe al orgullo. Tanto el militar como el amante son estrategas y deben hacer lo posible para vencer o seducir al oponente. Seducción por la palabra o por los actos, estrategia para vencer, ganar...pero ¿qué pasa cuando la arena se vuelve complicada? ¿Qué pasa cuando en la arena amorosa empiezan a perderse las batallas?
No pasa nada, pasa simplemente que somos seres humanos...somos amantes, pero somos hombres; y la primera guerra que libramos es con nosotros mismos, con nuestro orgullo, con nuestros miedos, tiempos y deseos. Y sí, no siempre son batallas ni siempre es todo flores, besos y caricias. Algunas veces nuestro "alter ego malo" sale a relucir y sin querer, lastimamos. Pero quien nos ama, nos sabe perdonar; quien nos ama, pasó por lo mismo, y doblega su enojo, y nos perdona. Como nosotros también lo hemos hecho...porque, en el amor y en la guerra, todo vale.