jueves, 5 de abril de 2007

Otra vez sin ti

Otra vez sin ti, ¿como haré para sobrevivir? Los días pasan y no te olvido, cada vez se hace más difícil. Me lastimaste y ambos lo sabemos; no me querías a mí, fue todo sólo un juego.

Te veo cada día, de la mano de otra mujer; a ella la conozco, de ella me hablaste en nuestra cita. La veo cada día, los veo juntos frente a mí. Estoy sola y angustiada, pero no te importa; sólo se ríen de mí, de mi soledad y mi tristeza.

Sigo así: ya no confío en nadie, nadie es bueno para mí. En un solo día, me diste y me sacaste todo: me quitaste toda ilusión de ser feliz. Dime, ¿cómo sigo ahora? Contéstame, todavía vivo, para ti o para mí, pero estoy aquí. Ya no avanzo, sólo retrocedo.

Mis días todos se parecen, me siento Sísifo; pero mi piedra eres tú; mi montaña, la vida que tengo que recorrer. Estoy cansada de subir y de bajar, y de no encontrar dónde descansar. No sé cuál fue mi crimen para recibir este castigo; quizá, sólo amar y no ser correspondida; quizá, enamorarme de la persona equivocada; quizá, solo desearte y no saber a quién deseaba.

Hoy digo ya no más, hoy digo se acabó. La tristeza ya no es mi amiga, tampoco la soledad. Sólo me acompañan la felicidad y las ganas de reír. Encontré a quien me ama, a quien me hará olvidarte. No te diré quién es, no mereces saberlo. Ahora esta piedra que llevaba se ha desintegrado, solo es polvo. La montaña desapareció, se ha convertido en un paraíso; el descanso ha llegado, las lágrimas se han ido.

Me siento renacer, vuelvo a la vida; te he olvidado, no siento más rencor. Únicamente te recuerdo con algo de dolor, sabiendo que fuiste un espina en mi alma.

No hay comentarios: